Como es bien conocido a través de diversos informes, el envejecimiento es uno de los fenómenos más característicos a los que han llegado las sociedades desarrolladas como consecuencia, en general, de un proceso de transición demográfica históricamente completado en sus parámetros generales. Desde un punto de vista demográfico, es un proceso bien definido, profusamente estudiado y ampliamente difundido. Los autores se refieren a él en clave de éxito, como “un progreso social y material” (Pérez, 1994). Sin embargo, desde un punto de vista social amplio, el envejecimiento pierdo algo de su significado como “éxito” para empezar a ser considerado como “reto social”, es decir como un rasgo de la sociedad que debe ser tratado en sus múltiples facetas. Se trataría pues de un “proceso inevitable al que habría que adaptarse” (Council of Europe, 2000). El envejecimiento de España está inserto en el ámbito sociocultural de los países desarrollados y, por lo...