Luis Ángel Sánchez GómezUniversidad ComplutenseEn primer lugar, desearía aclarar que a pesar de haber publicado hace pocos años un estudio monográfico sobre la Exposición de Filipinas de 1887,1 la mayor parte de los contenidos y de las propuestas de análisis que se recogen en el presente artículo tienen carácter inédito. En cualquier caso, es evidente que la cuestión que continúa interesándonos de modo preferencial al abordar el estudio de aquel evento es la profundización en sus diversos significados y la valoración más ajustada posible de lo que representa en el contexto de la renovación de la presencia hispana en las islas, mejor dicho, en el archipiélago. Para acercarnos a tales objetivos, lo primero que haremos será asumir la singularidad del propio evento en la historia del colonialismo hispano; a continuación, analizaremos dos ámbitos especialmente relevantes de aquella representación colonial: las actitudes y discursos de los religiosos regulares...