Componentes principales Recipiente o tanque. Es el contenedor principal donde se realiza el cultivo o la reacción biológica. Puede ser de acero inoxidable (más común en la industria), vidrio o plástico (en laboratorios o aplicaciones de un solo uso). Sistema de agitación. Normalmente consiste en un impulsor (palas o hélices) acoplado a un eje motorizado que mezcla el contenido, asegurando una distribución homogénea de nutrientes, gases y células, y evitando la formación de gradientes de temperatura o concentración. Control de temperatura. Utiliza camisas o serpentines para calentar o enfriar el medio de cultivo, manteniendo la temperatura óptima según el organismo o proceso. Control de pH y oxígeno. Dispone de sensores y sistemas de dosificación para ajustar el pH y la concentración de oxígeno, esenciales para el crecimiento y la actividad celular. Sistemas de alimentación y extracción. Permiten añadir nutrientes o retirar productos y subproductos durante el proceso, lo que facilita la operación en modo continuo o semicontinuo. Sistemas de esterilización. Para evitar la contaminación, los biorreactores suelen estar equipados con sistemas de limpieza y esterilización, como autoclaves o vapor. Sensores y automatización. Monitorean y controlan automáticamente los parámetros críticos (temperatura, pH, oxígeno, agitación, etc.), asegurando la estabilidad y la calidad del proceso.