Propiedades principales El kevlar puede soportar fuerzas de tracción muy elevadas, con valores que superan ampliamente a los del acero, gracias a la orientación de sus cadenas moleculares y la presencia de numerosos enlaces de hidrógeno entre ellas. Su densidad es baja (alrededor de 1,44 g/cm³), lo que lo hace mucho más ligero que el acero y el aluminio. Es estable a temperaturas extremas, manteniendo sus propiedades mecánicas hasta casi 500 °C y resistiendo temperaturas tan bajas como -190 °C sin degradarse. No se derrite ni se contrae en presencia de llama, y solo se carboniza a temperaturas muy altas (420-480 °C).